Desde la antiguedad, los niños con discapacidad cognitiva han sido conocidos como demonios. No eran respetados, no tenían derechos y debían vivir bajo un manto de rechazo en donde lo único que encontraban era sufrimiento y desplazamiento por parte de la comunidad que no hacía parte de su dificultad.
Al correr de los años, estos pensamientos han ido cambiando poco a poco, lográndolos identificar como aquellos niños que padecen uno o más trastornos de los procesos psicolinguisticos básicos que participan en el entendimiento o en el empleo del lenguaje hablado o escrito. Pero a pesar de tenerlos en otro concepto, la discriminación hacia ellos sigue siendo notoria en la sociedad, tildándolos como una carga o problema, que evita el progreso de la persona "normal".
Por esta razón considero que la discapacidad cognitiva no debe ser considerada como la dificultad o miedo que nos rodea, la cual debemos evadir para no tener sierta obligación económica o social.
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