Son muchos los padres que piensan que han fracasado, que han dado de lo que el niño esperaba de ellos. Existe el riesgo de que se culpen entre ellos, especialmente si en la familia de alguno existe el antecedente de otro niño con discapacidad cognitiva. Para escapar del sentimiento de culpa, se trata de buscar alguna excusa externa como puede ser algún medicamento tomado por la madre, el que haya sido asustado por algún acontecimiento, un incidente ocurrido en la oficina o trabajo el cual origino una gran tensión, etc.
Otra reacción primaria de los padres es la vergüenza ante la familia y sus amigos con pensamientos como “¿Qué dirán todos?” “¿Qué pensaran de nuestro hijo?”. Siente que su “imagen familiar” se ha deteriorado. La preocupación y angustia de los padres así su hijo también es una reacción importante les preocupa si sobrevivirá y si así ocurre, como vivirá “¿alguna vez parecerá normal?” “¿Será capaz de jugar, caminar, hablar, o casarse?” “¿Habrá una esperanza de una vida normal?”.
